Hola gente,
El primer año en Estados Unidos está tocando a su fin. Este martes cogemos el vuelo de regreso a Barcelona.
Llevamos toda esta última semana haciendo multitud de recados, cerrando cosas en Siler City (el año que viene cambiamos de lugar) y abriendo cosas en Charlotte (nuestro próximo destino a partir del 11 de agosto).
Escribo esta última entrada del AÑO I en Carolina del Norte desde un colchón inflable, lo único que queda ahora mismo en lo que ha sido un hogar estos últimos 10 meses. No os voy a engañar, produce tristeza ver desbaratado todo lo que habíamos creado aquí. Ayer alquilamos un camión de la mítica compañía U-Haul y trasladamos todas nuestras pertenencias a un almacén en Charlotte, donde intentaremos crear un nuevo y cálido hogar otra vez de nuevo.
Os paso algunas instantáneas de la mudanza...
Ya véis lo vacía y triste que está lo que ha sido nuestra casa. Los que habéis pasado por aquí, supongo que podéis llegar a sentir un poco el cambio que estamos viviendo nosotros estando aquí estos dos últimos días con la casa completamente vacía.
¿Habéis visto el skyline de Charlotte? Jeje, no os voy a engañar, estamos contentos porque el cambio parece que va a ser para mucho mejor. Después de 10 meses de pasto, vacas y pollos, no vendrá nada mal un poco de vida y ambiente urbano.
Pero señores, llega lo bueno. No os podéis llegar a imaginar la felicidad que irradia mi cuerpo ante el advenimiento del regreso a casa. Bufff! Se me pone la piel de gallina con sólo pensarlo. Qué ganas de abrazaros y pasar tiempo con vosotros. Nos vemos a partir del miércoles por Calafell, Segur, Barcelona... Ha sido un año intensísimo, en el que nos han pasado y hemos aprendido muchísimas cosas; la más importante, incluso más que el inglés, mi "refrendamiento" en la estupidez del racismo. Aquí lo he llegado a vivir en primera persona, y si sin tener que sufrirlo en España ya me producía repugnancia, no os podéis llegar a imaginar lo que se siente cuando se sufre en vivo. Aunque yo he sido un privilegiado, comparado con la situación de miles de latinoamericanos que vienen a este país jugándose el pellejo a luchar por una vida digna y mejor y se encuentran con la cara dura y amarga del rechazo. Pero en fin, este debate lo dejamos para otro día.
Un besazo,
Paco (un indignado más)
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