jueves, 12 de abril de 2012

La Florida


Queridos tod@s,

Escribo nueva entrada en este blog sobre mis andanzas en tierras norteamericanas para describir una nueva expedición llevada a cabo, una expedición que ha contado con un total de 9 días recorriendo centenares y centenares de millas (recordemos que 1 milla = 1,6 Km) por el estado de Florida, ese que lleva como lema The sunshine state (El estado donde brilla el Sol). Y cuánta razón tiene dicho lema, hemos vuelto morenos y con la mente puesta ya en el verano en España. Pero no corramos tanto…
Antes de nada, os presento el planning que hemos seguido en los diferentes puntos de interés de nuestro “Road Trip”, que es el siguiente:

La cosa empezó el viernes, cuando conducimos durante 7 horas para llegar a la población de Saint Augustine, donde vimos señales españolas como banderas, nombres de calles, basílicas, castillos, etc. Es curioso lo que le pasa a uno viviendo fuera, ya que sin ser nada patriota y mucho menos “facha”, cada vez que veo un lugar donde aparece la bandera patria le hago una foto. Jamás le haría una foto a un lugar donde aparece la bandera española en España, pero fuera no sé por qué, es diferente. En fin, que St. Augustine fue el lugar donde llegó a explorar (y a masacrar, nunca lo olvidemos; los que ya me conocéis ya sabéis y muchos compartís la vergüenza que siento porque mi país celebre esos crímenes históricos como “nuestro” día de la Hispanidad) el conquistador Ponce de León, y allí los españoles construyeron un fortín hecho con “playa fosilizada”, lo que viene a ser una mezcla de arena y conchas de coquina súper compactada por miles de años que lo hacía inexpugnable a los cañonazos de los ataques ingleses, los cuales jamás fueron capaces de tomar el descrito Castillo de San Marcos. Visita interesante, formativa y muy bella a pie del océano Atlántico.











Además, también recorrimos su famosa y turística George Street, con locales y tiendas con comidas españolas, el faro situado en Saint Augustine Beach, el barrio playero de esta pequeña ciudad, y todo su casco antiguo lleno de historia. Aquí os presento algunas instantáneas:











Después de comer como una forma de buscar cobijo de una granizada espectacular que estaba cayendo, nos dirigimos hacia Miami, en un viaje en coche que duró aproximadamente 5 horas (no hace falta ser muy avispado en matemáticas para darse cuenta que añadidas a las 7 horas anteriores, más o menos desde Charlotte a Miami hay unas 12 horas de conducción, sin contar retenciones, claro está). Llegamos directos al hotel, pues conducir tiene su efecto secundario de cansar, aunque se haga sentado. A la siguiente mañana de domingo, nos decidimos empezar por el barrio de “Little Havana”, donde están instalados viviendo y con sus negocios todos los cubanos que han ido emigrando, escapando y exiliándose del asqueroso y repugnante régimen dictatorial de Fidel Castro. Y por unas horas era como estar en el Caribe. Yo nunca he estado personalmente en esa maravillosa zona del mundo, pero los colores de las casas, el ambiente, los bares, la gente, y el Sol recordaba mucho a las películas, documentales y novelas que he visto y leído sobre Cuba. Juzgarlo vosotros mismos:




















Por cierto, ya sé que es bien sabido, pero por si acaso vuelvo a redundar sobre el hecho de que el inglés es segunda lengua en Miami. Hice una wikipedia del tema y obtuve porcentajes que hablan por sí solos: el 70% de su población tiene el español como primera lengua, mientras que el 25% el inglés. El otro 5% se reparte entre francés, una variable haitiana y otros de muy poca presencia. Muchas veces criticamos a este país, yo el primero, como muy conservador y que no respeta a las culturas ajenas, pero yo voy a romper una lanza en su favor ahora mismo. ¿Os imagináis que una de las ciudades más grandes España donde 3 de cada 4 personas hablasen un idioma de inmigrantes, ya sea árabe, rumano, pakistaní…? (y no estoy hablando de la provincia alemana de Mallorca, hablo de idiomas “pobres” como los anteriores) ¿Qué diría la gente? Yo aquí la palabra “invasión”, tan repetida por el populacho español, jamás la he escuchado… Aunque quizás es que simplemente no la he escuchado, no sé…

Tras visitar este maravilloso barrio, hablar con sus gentes, comprar tres puros habanos (los tengo guardados para celebrar con alguien especial alguna ocasión especial) y degustar jugos caribeños, comimos y nos fuimos a visitar con un barquito las islas de Miami donde los ricachones y famosos actores, cantantes y deportistas tienen sus mansiones. Es algo muy turístico, pero que merece la pena hacer ya que además de morirte de envidia se obtienen unas vistas del skyline de Miami muy bonitas, sobre todo si el tour en barco lo haces cuando el Sol se está poniendo, como fue nuestro caso.







 Esta casa rollo ibicenca es la de Shakira (y Piqué algún uso le hará imagino)

 Y esta es la de Julio Iglesias, !bueaaaahh! !Papolla!






Al día siguiente hicimos una visita al Parque Nacional de los Everglades, patrimonio de la UNESCO, que se trata de una gigante extensión pantanosa con hierbas altas que es la morada de numerosas y variadas de especies de pájaros y, lo más inquietante, de caimanes. También hicimos el turístico tour con un “Air Boat”, que funciona a base de un gigante ventilador en la parte posterior del barquito. Os muestro las imágenes también:









Y por la tarde ya, visita a South Beach, la playa más famosa de Miami Beach, a relajarse y a descubrir esta famosísima zona playera que tanto ha aparecido en series y películas de televisión (recordáis “Corrupción en Miami”, con el mítico Don Johnson). El agua era espectacular, limpia y cristalina, aunque la zona de bares, en mi modesta opinión, no superaba a Sitges. Pero es que Sitges no es moco de pavo…








Así acabamos nuestra visita a Miami y sus alrededores y nos dirigimos, durante 2 horas de conducción, a la localidad de Fort Myers y sus vecinas islas de Sanibel y Captiva, en la parte oeste de Florida y que dan a las playas del Golfo de México. Allí volvimos a playear (a principios de abril, que no está nada mal), y a pedalear en paseos en bicicleta:








Desde Fort Myers Beach cogimos un barco-crucero que en 3 horas y media nos llevó hacia la punta más al sur de Estados Unidos, Key West, un sitio con muchísimo encanto donde entre otras cosas está la casa donde vivió durante varios años el escritor Ernest Hemingway. La pequeña isla está llena de carteles con flechas indicando que Cuba está a “tan sólo” 90 millas; eso sí, de mar (además de a años de libertades de los países democráticos). El sitio era encantador, y para prueba estas imágenes:





 ¡Jesus is coming! ¡Buuuuuhhh! Es la frase más repetida en las iglesias de este país. Mi respuesta es simple, yo estoy segurísimo de que "Jesus is not coming at all".









Llegamos al final de nuestro fantástico viaje. El jueves por la tarde viajamos ya en dirección al norte (empezaba nuestro viaje de vuelta), y paramos en la ciudad de Tampa, todavía en Florida. Allí hicimos noche y cenamos en un restaurante italiano una tremendísima pasta, y por la mañana después de un paseo en coche por su bahía, nos dirigimos hacia la última destinación, que era Savannah, en el estado de Georgia. Pero antes de hablaros de Savannah, una fotico de la carretera que bordea la bahía de Tampa, con la vista del skyline del downtown de fondo:







Savannah es otra de las ciudades portuarias con historia de la costa este, como las ya visitadas de Charleston (Carolina del Sur) y Saint Augustine (Florida). Eso sí, ésta era bastante más grande y con edificios muy modernos y guapos. Allí visitamos sus calles, sus plazas (en una de ellas se rodó Forrest Gump, cuando está sentado en el banco esperando el autobús y le cuenta a todo el que le escucha su historia), sus tiendecitas y callejas al borde del río que da al océano Atlántico, y para finalizar conocimos a miembros del grupo “Occupy Savannah”, los cuales estuvieron encantados de conocer a dos “Spaniards”, ya que nos consideran como uno de los países en los que todo este movimiento internacional de protesta contra los bancos y el sistema capitalista caníbal empezó por ahí hace un año (“Los Indignados”):

 Como podéis apreciar, don Paco de Lucía tocaba esa noche en este teatro, pero we were running out of money :(
















 ¿Republicano, Demócrata o Cabreado? Creo que quién más o quién menos está en la tercera categoría...

Nada más y nada menos gente. Espero que todo vaya bien por España. A nosotros ahora nos quedan ya sólo 9 semanas más de clases, y luego la vuelta hacia CASA, dónde volveremos a pasar un verano espectacular. No os podéis imaginar las ganas que tengo de veros, hablar con vosotros y estar ahí.

Un fuerte abrazo y hasta pronto,
Paco