viernes, 14 de junio de 2013

Querida clase del Sr. Benítez...




 Querida clase del Sr. Benítez,

Escribo estas notas con esa mezcla extraña de sentimientos entre triste y feliz, teñidos a la vez con un poco también de melancolía. Triste por tener que abandonarte, pero inmensamente feliz por saber que vuelvo a mi casa, a mi país (y sí, mi país es tanto Cataluña como España, yo no soy capaz de decidir cuál es mejor, ni tampoco quiero ni me interesa lo más mínimo).

He decidido dedicarte esta última entrada de mi blog en Estados Unidos porque tú has sido la principal razón de haber querido vivir esta aventura. Porque dejando a un lado los viajes realizados y los amigos hechos (que no han sido moco de pavo, ni los primeros ni los segundos), tú has sido el eje regulador de mi vida estos tres últimos años.

Me viene ahora a la memoria mi primer año contigo, en esa clase tan amplia y grande en espacio pero tan vacía en dedicación, educación y respeto del alumnado. Fue un año muy duro aquel en la rural población de Siler City, pero de todo se aprende, y fuiste tú la que me dio la oportunidad para venir a enseñar a Estados Unidos. Como dice una de esas canciones “baratas” que sonaban por aquí entonces, What doesn´t kill you make you stronger. Contigo viví esos increíbles primeros meses en los que todo me parecía atractivo, otro mundo en el que cada día y cada hora descubría algo nuevo que me sorprendía. Además, contigo, clase del primer año en Estados Unidos, me vi forzado a usar inglés a diario, lo cual me ayudó a desenvolverme con mucha fluidez este idioma, un idioma que ya me acompañará para siempre. Por todo esto, y a pesar de nuestros altibajos, te doy las gracias.

El segundo año contigo fue mucho mejor y, como dicen por aquí, “smoother”. Nunca se me olvidarán las intensas primeras semanas de trabajar 14 horas al día y el conocer al increíble alumnado de Collinswood en la ciudad de Charlotte. Contigo, clase del segundo año, aunque estabas en un módulo prefabricado en el exterior del colegio, volví a sentir esa sensación que me pone la piel de gallina cuando estoy enseñando a un grupo de estudiantes interesados, motivados y educados, y me doy cuenta, por sus expresiones faciales, que los tengo en ese momento, que los estudiantes son míos por unos minutos gracias al conocimiento y discusiones desarrolladas en clase. Durante ese segundo año vivimos, analizamos y debatimos la explosión de la Primavera Árabe en los países de Oriente Medio y del Norte de África, algo que quedará en los libros de historia para la posteridad.

Y qué decir del tercer año contigo, todavía te superaste conmigo. Un año en el que además me has permitido aprender mucho sobre Historia de Estados Unidos y de Carolina del Norte (la asignatura que daba a los alumnos de Octavo) y en el que he disfrutado como un animal enseñando Historia del Mundo Moderna y Contemporánea a los alumnos de Séptimo (desde 1492 hasta la actualidad). Este tercer curso hemos vivido las elecciones presidenciales en las que Obama salió reelegido para un segundo mandato, y analizamos pormenorizadamente con los estudiantes el peculiar proceso electoral norteamericano, las enmiendas a la Constitución (sí, también la maldita 2ª Enmienda que tú bien sabes que detesto). Contigo este tercer año me obligué a superarme, a exigirme cada día lo máximo, a actualizarme constantemente, a no caer en la rutina monótona para no aburrir a los estudiantes, creando así multitud de actividades grupales, lúdicas, de pensamiento crítico, de solidaridad, humorísticas… Todo esto me lo llevo conmigo para ver si algún día mi propio país u otro de Europa me da la oportunidad de seguir aplicándolo y seguir creciendo y creando nuevas y apasionantes actividades.

Clase del Sr. Benítez, quizás tú no lo sabes, pero desde que tengo uso de razón he querido conocerte y pasar mi vida contigo. Pregúntales a las personas que me conocen desde pequeño (esas personas a las que tanto he echado de menos estos últimos tres años y por las que cuando pensaba en ellas se me hacía un nudo en la garganta desde la inmensa distancia) y te lo podrán confirmar. Así que te pido un último favor, a riesgo de abusar de tu extrema generosidad conmigo estos tres años, y es que le digas a alguna compañera tuya en España (no importa el lugar) que quiera pasar los próximos años conmigo. Prometo que no le voy a fallar, y que voy a hacerle sentir orgullosa de trabajar conmigo. Explícale, por favor, lo felices que venían los alumnos a tu interior. Sé que es difícil lo que pido, pero estoy seguro de que después de nuestra relación estos tres últimos años, tú puedes ayudarme mucho.

Muchas gracias. Te llevaré siempre en mi corazón. Y puedes estar seguro de que jamás te olvidaré.

Atentamente,
Paco

PD: Por cierto, querida clase del Sr. Benítez, ya sabes que todo lo que hemos vivido estos tres últimos años no hubiera sido posible si ella no me hubiera acompañado durante el camino:


miércoles, 31 de octubre de 2012

The Grand Canyon of Arizona (and others)

¡Hola gente!

Actualizo este mi blog con una nueva entrada sobre dos nuevas escapadas viajeras que hemos hecho en estas dos últimas semanas. Unas escapadas que hemos realizado en compañía de nuestra familia aquí en Charlotte, es decir, Kristen y Pablo, a los cuales muchos de vosotros ya conocéis.

La primera fue hace dos fines de semana para disfrutar del precioso otoño de Carolina del Norte, a una cabaña en las montañas de la preciosa localidad de Black Mountain, cerca de Ashville. Allí tuvimos la suerte de dormir escuchando el riachuelo y de admirar la inmensa gama de colores de los árboles en este país:




















La verdad es que los otoños en este país, o al menos en esta parte de la costa este de este inmenso país, son espectaculares. Además, "i per acabar-ho d'adobar" fuimos al restaurante español "Cúrate", en el Downtown de Ashville, dónde se nos saltaron las lágrimas mientras degustamos tapas españolas de verdad como queso manchego, pà amb tomàquet, jamón ibérico, croquetas, bravas, y un maravilloso Ribera del Duero. Tot plegat, un fin de semana de ensueño. 

Y este fin de semana último, pues ya ha sido de traca i mocador. Lo hemos pasado en Las Vegas y visitando el imponente y enmudecedor Grand Canyon del Colorado. Nos albergamos en el hotel Trump (un señor al que personalmente considero bastante odioso pero que tiene hoteles cómodos, para que nos vamos a engañar), situado en el Strip, la calle principal de la ciudad con los hoteles y casinos de lujo, un paraíso para los amantes de vicios como apostar, beber (y no hablo de un vaso de leche) y fumar, porque desgraciadamente en esta ciudad se permite fumar indoors, lo cual nos hizo volver al hotel con ese asqueroso olor tanto en la ropa como en el pelo que todos conocemos. No hay cosa que el dinero no pueda... :(

Ahí van algunas instantáneas con comentarios, con las que espero os podáis hacer alguna idea del ambiente que se respira en esta ciudad cuyo lema es: "what happens in Vegas stays in Vegas". Mientras las veis, disfrutad de la banda sonora de Rain Man, increíble película que me venía a la cabeza mientras estaba en este mítico lugar:






 Aeropuerto de Las Vegas, dónde uno es recibido con slot machines (aunque yo prefiero el nombre en español, máquina tragaperras, que es lo que son)




 Réplica cartón-piedra de la Fontana di Trevi, ni más ni menos


 Exteriores de los hoteles situados en el "Strip" de Las Vegas (de día)





 Exteriores de los hoteles del "Strip" (de noche)












 Interiores (espectaculares) de los hoteles
 The Gold Fish slot machine (the lady's favorite)








 Más interiores de los hoteles










 El hotel Venetia (sí, los canales están en el interior del recinto)
 De Venecia nos vamos a París

 Mi cruz (su cara)















 Y esta última serie sobre el Downtown de Las Vegas, dónde todo empezó, la zona histórica dónde de verdad ves la auténtica fauna que habita, disfruta o es víctima (depende del punto de vista) de esta ciudad; la última foto es una muestra de ello

Yo voy a sacar algo de Las Vegas, y es que de $50 apostados (llamadme catalán o precavido, lo mismo me da) gané $0. La banca siempre gana señores, in the end.

Y para terminar, lo que para mí personalmente (y creo que para cualquier mortal) ha sido emocionante e inolvidable, y es haber podido contemplar, disfrutar y sentir el Grand Canyon del Colorado, en el estado de Arizona. Alquilamos un coche y en un viaje de 9 horas (4 horas y media de ida y lo mismo de vuelta) hicimos que el viaje a Las Vegas de verdad valiera la pena. Qué maravilla, qué sensación de paz y de emoción al contemplar semejante brutalidad natural. Siempre se dice que las fotos no hacen honor a algo visto en persona, y quizás es un tópico, pero yo subrayo este tópico para este caso. Seguro que las imágenes os parecen increíbles, pero no os engañéis, visitar el Grand Canyon debería estar en vuestra "bucket list" (cosas que hacer antes de morir):












































Esta visita me va a acompañar durante el resto de mi vida. Todavía cuando cierro los ojos y pienso en la meseta erosionada durante millones de años por el río Colorado y sus cientos de afluentes me invade una sensación muy especial, y me recuerda lo insignificantes que somos, la humildad obligada que todos deberíamos practicar. Nosotros nos vamos, el Grand Canyon queda... Termino con un poema sobre esta maravilla natural:


O canyon, grand and wild and free!
You've got a lariat on me.
My soul is bronco-busted, too,
My hat is off. I bow to you,
Almighty Hand, who cut this brand
That bronco souls can understand.



O Mother Nature, hold my hand
And steady me a little while,
That I may feel and understand
This awe-inspiring sight so grand,
God's greatest, most impressive brand
Clean-cut, and deeper than a mile.


 Jack Crawford (1847-1917)



Nada más familia. Simplemente volver a deciros que os queremos y que os echamos mucho de menos, también a nuestro país en crisis, que aunque jodido, consideramos nuestra casa y el mejor lugar del mundo para vivir. Cuando nos íbamos del Grand Canyon, conocimos a un señor mayor español "nacido hace muchos años en Guadalajara", como él mismo nos dijo. Llegó a Arizona para dar clases en la universidad, y ahí sigue el hombre. Nos preguntó si pensábamos estar mucho tiempo viviendo en USA, a lo que respondimos que no sabemos, que estamos muy añorados. Su respuesta no tiene precio: "después de los primeros veinte años uno se empieza a acostumbrar a vivir fuera de su país".

Un abrazo grande,
Paco (fan del co-líder de la liga BBVA)